viernes, 10 de febrero de 2012

Enseñanza de Meishu Sama



Salvando a las personas y haciéndolas felices, uno mismo progresa

  El que las cosas no acontezcan como uno lo espera, es porque todavía uno tiene nubosidades. Eliminar esas nubosidades sin sufrimientos, en forma placentera, es la esencia de Meshiya-kyo. Para ello, es necesario salvar al prójimo. Haciendo así, como a través del agradecimiento del prójimo uno recibe constantemente Luz, ello hace que nuestra alma se purifique. En conclusión, en lugar de penitencias y abstinencias, a través de alegrar a las personas, salvando a las personas se consigue obtener el mismo resultado. Pero como para salvar a las persona se necesita después de todo hablar o explicar en forma correcta, para ello es preciso leer los Escritos Sagrados. Además, a través de los Escritos Sagrados se consiguen conocer diversas Verdades y el alma también se purifica. Junto con eso, surge la correspondiente fuerza para salvar al prójimo. De este modo mientras se salva al prójimo y se lo hace feliz, uno mismo va progresando.

(“Discursos”, 6 de octubre de 1952)

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